OPINIÓNDesagrada recodar la imagen y la voz impertinente, recalcitrante- ¿femenina por qué?- de los encapuchados. Resulta macabra, como esos videojuegos de mal gusto que consumen personas sin escrúpulos o adolescentes ingenuos. Es como un recuerdo de la muerte y del horror en clave de cómic, o de osceno Kukusclán, o de fanatismo religioso poniendo en acción el misterio como miedo.
Es raro, casi cómico... pero pone los pelos de punta que estos monigotes de ficción, con la misma boca imperceptible, la misma cabeza impaciente, los mismos tics corporales, en macabra comunión, decidieran en un momento cualquiera quiénes no debían estar hoy en la vida.
En Irlanda el alto el fuego tuvo una cara. Hay formas y formas.
http://www.elmundo.es/documentos/2006/03/22/etaaltofuego/
La AVT se suma a la idea de que ha comenzado el fin.
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