El trabajo doméstico no figura en los medidores de la riqueza de ningún país: hacer la comida, atender a los niños o a los ancianos, cuidar a los enfermos, son tareas que mientras la mujer las ha realizado, las familias no han sabido lo que valían en esfuerzo, tiempo y ¡dinero contante! Un estudio del CSIC revela que si hubiera forma de contabilizar económicamente la cuantía de estos trabajos, representarían el 55% del PIB regional.
Son las mujeres las que en una proporción de tres a uno cargan con el trabajo doméstico no remunerado. Si cada madre que compra, hace la comida o atiende a un familiar enfermo, recibiera un sueldo, la renta regional aumentaría en 55.500 millones de euros. De éstos, 40.700 irían a parar a manos femeninas, y 14.800, a hombres.
Por otra parte, mientras el 73,4% del trabajo no remunerado recae en las mujeres, éstas realizan sólo el 39% del que sí está dentro del mercado. Esta relación se invierte en los hombres: el 26,61% de cuota de las actividades domésticas, frente al 61% de aquéllas en las que tienen un sueldo. Las mayores diferencias entre sexos en dedicación al hogar se producen entre los 30 y los 39 años, en segundo puesto los que están en la cuarentena y, atención, los terceros son los que tienen entre 25 y 29 años.
Si además se contabilizaran otras actividades secundarias, es decir, las que se realizan simultáneamente a otra que requiere mayor atención como cocinar mientras se plancha o se da de comer a un niño, las actividades domésticas no remuneradas tendrían un valor añadido equivalente al 130,78% del PIB regional. En total, se está hablando de 6.000 millones de horas anuales de trabajo no remunerado. O de 15.000, si se incluyen las actividades secundarias.
Para la catedrática de Sociología María Ángeles Durán, directora de la investigación del CSIC que se ha realizado sobre 1.832 encuestas en la Comunidad de Madrid, se trata de una clara expropiación del tiempo para las mujeres y no precisamente por voluntad propia, sino por imposición. Menciona, por otra parte, al grupo de los "exentos" -las personas que consideran que no tienen que dedicar ni un minuto de su tiempo para prestar servicios no remunerados- como una categoría social que debería desaparecer.
Otras conclusiones del trabajo son:
- A mayor industrialización en una sociedad, menor porcentaje de trabajo no remunerado.
- Entre los más jóvenes la participación de las mujeres duplica a la de los hombres.
- A partir de la jubilación tienden a igualarse las proporciones.
- Los abuelos, aunque no participen en algunas tareas domésticas, sí cuidan a los nietos, a quienes les dedican una media de 4 horas y 30 minutos.
- Las mujeres mayores de 75, para la tarea anterior, 7 horas.
- De las mujeres solteras, un 84% realiza tareas domésticas, cifra que se incrementa hasta el 96% cuando viven en pareja.
- El incremento en los hombres al casarse es insignificante: del 69% al 70%.
14 comentarios:
GRAN VERDAD. Te felicito Pilar por tocar este tema. A las mujeres que trabajamos y además tenemos que atender "el hogar" no se nos reconoce este doble esfuerzo, que de por sí es agotador. Y allí radican las diferencias más cotidianas de género. Es la primera brecha por dond el patriarclismo se cuela y de la que los niños maman. Ver cómo mamá hace todo y papá no sabe ni dónde se guardan las toallas.
Felicidades Pilar por estos retratos de temas a menudo olvidados, desapercibidos. Gracias por ayudarnos avisualizarlos con datos dif'iciles de recopilar. No solo es un gran trabajo period'istico sino una importante aportaci'on en el camino de la equiparaci'on. Esta cuesti'on no ser'a visible mientras en los estudios estad'isticos no se incluyan los an'alisis transversales apoyados en el g'enero; al menos hasta ahora ha sido as'i.
Enhorabuena
es un temazo éste. Nada como vivir solo para darse cuenta del valor de las tareas cotidianas. O acompañado, porque una vez tuve unos compañeros de piso que debieron confundirme con su madre o con su mujer (la de ambos) en el sentido clásico del término y ni siquiera me mantenían. Estoy empezando a crisparme y seguiría escribiendo hasta el infinito, pero tengo la cocina hecha un asco. Ahora vuelvo.
Besos a todos, sois fantásticos reconociendo el tema y aportando. Totalmente de acuerdo, Mari. Lucía, una de las cosas que añade M.Ángeles Durán, que para la edad si la has visto en el enlace es una de las adelantadas que siempre ha habido, es precisamente ése, que entre como transversal en los otros temas que no son exclusivos de mujer ¿Te lo imaginas en una reunión de la CEOE? Sería bueno.
Andrés, veo que mantienes los colores en la realidad. Más gracias por lo que dices...¡esos pisos en los que como uno se descuide se convierte en Blancanieves! Qué mal ha hecho ese cuento, y no solo por machista. Tenía yo una amiga de pequeña que vivía con una madrastra -palabreja-genial y la pobre lo llevaba fatal. Ay
Besicos a todos.
Me alegra encontrarme con este trabajo!
Estaré atenta a todo lo que aportes, gracias por el tiempo que le dedicas.
Las mujeres tenemos que estar.
Un abrazo.
Por no hablar de la diferencia salarial entre hombres y mujeres que desempeñan EL MISMO PUESTO LABORAL. Esa discriminación no ayuda nada a la hora de decidir quien "sacrifica" su trabajo remunerado para quedarse en casa atendiendo todas esas necesidades vitales: hijos, personas a nuestro cargo, hogar, etc.. Solemos ser las mujeres quienes cedemos en nuestra profesión. Las cosas parecen que van cambiando pero muy poco a poco. Y muchas por mal camino. Como es el caso de las bajas compartidas por maternidad (o paternidad) que, en lugar de sumar, restan. Y ahora pueden escoger los padres, pero restándole de las madres. Absurdo. No porque ellos no tengan el mismo derecho a disponer de la baja para cuidar a los bebés, si no porque lo que debería hacerse es incrementar el tiempo de esta. Tanto si la elige el padre o la madre. 4 meses me parece ridículo. Luego se preguntan porqué el índice de natalidad es tan bajo... Y, ¿ese argumento de que la mujer cada vez más hace incursión en el mundo laboral para potenciar su independencia? Manipulado. La realidad es que la economía familiar no alcanza el nivel de vida con un solo sueldo. Que las familias convencionales, por otro lado, están evolucionando. Cada vez hay más monoparentales, etc... y el perfil social varia, luego los patrones de comportamiento también se ven alterados... Pero todo esto son otros temas.
¿Cuantos modelos de pareja pueden existir en la actualidad en los que, la mujer cobre más y el hombre decida quedarse al cuidado de la casa? Todavía muy pocos y bajo la mirada crítica y Burlona de la sociedad, aunque muchos proclamen que es fantástico. Todavía hay un machismo muy arraigado. Espero se vaya tirando ese muro, aunque, poco cambio puede haber si, los hombres que se casan pasan de ser "mantenidos" por sus madres para pasar a serlo de sus mujeres. Me refiero a la cuestión de las tareas domésticas.
También es obligación nuestra, de las mujeres, saber poner límites y fronteras. Romper roles absurdos. Y educar a nuestros hijos o si llegan tarde, nuestras parejas.
A mí me funciona.
Ya no se trata de valorar el trabajo no remunerado (que tampoco está de más), si no de compartirlo.
Un ejemplo, sumemos el número de hijos de los ministros y después los de las ministras. ¿Quien tiene que sacrificar algo? Con esto no quiero decir que las mujeres debamos tener hijos para estar "completas". Es muy lícito decidir no procrear, si ese es el deseo de cualquier persona. No soporto la idea preconcebida de que una mujer no está realizada si no es madre. Lo que sí es una realidad es que, si pretende tener un cargo de responsabilidad profesional ha de renunciar a la maternidad, cosa que no pasa con los hombres. Y no debería ser así. Cada individuo debería tener la libertad de escoger bajo las mismas condiciones. Tanto el que decide quedarse en casa como el que opta por trabajar.
Desarrollaría con más profundidad estos temas que planteo, pero temo prolongarme en exceso, y tampoco eran el tema central del post.
Un beso
Es importante hablar de ello. Acá en Costa Rica, una vez una diputada tocó el tema y se rieron de ella.
El cinismo es la'unica forma de afrontar el tema que tienen los que no guardan respuestaspara las situaciones que crean...
Muchos besos, Julia, pronto le dedicar'e un rato a tu blog; est an sugerente...
Luc'ia
Es la historia de nunca acabar. Si a la gratuidad con que se prestan esos servicios se suma su escasa valoración social, tenemos un panorama aún más deprimente. Un post muy bien elegido para estas fechas. Saludos cordiales.
Entre más se difundan, las causas, los derechos, lo injusto, más se abriran puertas, ventanas y conciencias, no solo del género femenino, sino de los seres vivos que habitamos el planeta, sin abusos y con una sociedad de convivencia más justa!!
Muy bueno Larra....mucho.
Mil bikos ;)
Mi madre ha sacado adelante a tres hijos y a un marido, y siempre he vivido el trabajo doméstico como una de las tareas más complicadas, porque se está de guardia las 24 horas. Y quien diga lo contrario es que no lo ha vivido de cerca. Por eso es tan difícil el reparto de tareas: porque muchos hombres dicen que eso no lo consideran trabajo, pero tampoco están dispuestos a probarlo para ver si cambian de parecer.
saluditos apretados
Ayer hablaba con un amigo sobre madres y padres, de cierta edad y dentro de una estructura familiar clásica, recordábamos cómo un padre se jubila y una madre nunca a pesar de que ya no puede más. Somis los hijos los que tenemos que darnos cuenta de que ya no pueden más con la casa y echar una mano en una nueva organización, porque ellas, como autómatas, siguen y siguen como si la vejez no les afectara, y claro que les afecta. Hechas para trabajar sin horario.
Un saludo a todos, besos.
Qué lamentable. A mí las mujeres de la generación de nuestras madres, y no digamos ya nuestras abuelas ("amas de casa" en exclusiva), me parecen auténticas heroínas que han recibido durante años y años tratamiento de chacha pero sin derecho a sueldo.
Besos cabreados.
Exactamente, nunca se jubilan. Yo lo veo por mi suegra: su marido se jubiló hace un par de años, y todo el mundo le dice que ya es hora, que toda la vida trabajando, que tal y que cual. Se lo dicen mientras se toman una cervecita en el salón, servida por mi suegra, y unas aceitunas rellenas que ha puesto mi suegra... Qué pasa, que ella no se merece también un descanso, que no tiene derecho a una jubilación, aunque sea parcial?
saluditos
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