jueves, diciembre 14, 2006

FOTOMATÓN: DULCE CHACÓN y "La voz dormida"

FOGONAZOS

Dulce Chacón, Zafra (Badajoz) 1954
Muere en 2003

Obra:
1992: "Querrán ponerle nombre" (poemas)
1995: "Contra el desprestigio de la altura" (poemas), Premio Ciudad de Irún
1996: "Algún amor que no mate" (novela)
1998:“Segunda mano”, obra teatral estrenada en este año.
2000: "Cielos de barro", Premio Azorín de Novela
2002: Adaptación al teatro de su primera novela dirigida por Eduardo Vasco.
2003: "La voz dormida", novela premiada como Libro del Año en la Feria de Madrid.
Desde entonces se convoca periódicamente el Premio Literario de Novela Corta Dulce Chacón.


LA VOZ DORMIDA es la historia de un grupo de mujeres encarceladas en la madrileña prisión de las Ventas inmediatamente después de la guerra civil española. Valentía, humillación, tortura, supervivencia o muerte tras la victoria del fascismo franquista y la represión en mujeres que apoyaron la república, o que simplemente el azar o los deseos de venganza hicieron que cambiase fatalmente el rumbo de sus vidas. Es una muestra de la vida colectiva y privada en las cárceles de mujeres teniendo como fondo los desoladores años de postguerra. Novela muy sencilla de leer, secuenciada en breves capítulos dialogados sobre las emociones solidarias, de esperanza o desesperanza y las más íntimas pasiones y controversias de las protagonistas. Su sencillez estilística es acorde con la naturalidad y verosimilitud de los personajes femeninos, por otra parte olvidados durante tanto tiempo. Comienza así:

“La mujer que iba a morir se llamaba Hortensia. Tenía los ojos oscuros y no hablaba nunca en voz alta. Sólo cuando la risa le llenaba la boca, se le escapaba un Ay madre mía de mi vida que aún no había aprendido a controlar, y lo repetía casi a gritos sujetándose el vientre. Se pasaba gran parte del día escribiendo en un cuaderno azul. Llevaba el cabello largo, anudado en una trenza que le recorría la espalda, y estaba embarazada de ocho meses (…)
Reía porque Elvira, la más pequeña de sus compañeras, había rellenado un guante con garbanzos para hacer la cabeza de un títere, y eso le impedía manipularlo. Pero no se rendía. Sus dedos diminutos luchaban con el guante de lana, y su voz, aflautada para la ocasión, acompañaba la pantomima para ahuyentar el miedo.
El miedo de Elvira. El miedo de Hortensia. El miedo de las mujeres que compartían la costumbre de hablar en voz baja. El miedo en sus voces. Y el miedo en sus ojos huidizos, para no ver sangre. Para no ver el miedo, huidizo también, en los ojos de sus familiares.
Era día de visita.
La mujer que iba a morir no sabía que iba a morir”.

14 comentarios:

Pilar M Clares dijo...

Hoy se debate en el congreso español la Ley de la Memoria Histórica, que ha suscitado mucha polémica. La izquierda del gobierno no la apoya porque pide la anulación de los juicios franquistas a los republicanos-as, entre otras cosas, y la derecha tampoco porque piensan que no se debe remover el tema.
No sabemos qué pasará, si acabará aprobándose o no, pero está claro que al menos ha abierto un proceso de rehabilitación y dignificación de muchos muertos, muchos que ni siquiera se sabe dónde están. El debate está servido. Iré metiendo información sobre el tema de la prensa.
Saludos

Anónimo dijo...

Hay momentos en los que tengo la sensación de que todas estas dictaduras y guerras me son muy lejanas, hasta que veo a mis abuelos, que vivieron la guerra en plena juventud de sus vidas y yo sé el daño físico y psicológico que les causó ver tanto horror, sobre todo a mi abuelo, que jamás se sintió con fuerzas para explicarnos todo el sufrimiento que vio.

Besicos,
Encarna

Anónimo dijo...

se ve que nos quieren hacer creer que la guerra no fue culpa de nadie, que no hubo ni buenos ni malos, que fue un desliz de esos que pasan en las mejores familias y que mejor lo dejamos pasar no vaya a ser que ofendamos a algún viejito. Ahora bien, veremos qué memoria histórica escribe el gobierno, afortunadamente es casi seguro que no se lo encargarán a César Vidal pero también son sospechosos de tercializar a ciertas conveniencias que justificarán las descalificaciones de los apologetas de la amnesia. Yo propongo a Ian Gibson, pero no me van a hacer caso. Te sigo Pilar, no dejes de informarnos.

besos

Anónimo dijo...

En Perú, se hizo una comisión de la verdad, encabezada por intelectuales y hombres y mujeres probos de la sociedad. Los testimonios de las victimas del terror fueron televisados...

No te puedo explicar el impacto que tuvo en mí

Anónimo dijo...

En Alía, Cáceres, el pueblo donde nací, todos, estuvieron implicados en la guerra. Todas las familias tenían uno o varios muertos por alguno de los bandos.
De uno y otro lado me contaban historias macabras, llenas de terribles datos, recordados con crudeza: los fusilamientos en la pared del cementerio, los maquis en la sierra, las matanzas por odio, las venganzas...los nacionales, los rojos...
Las personas mayores, cuando se las escucha sin juzgar nada, cuentan sin parar. Creo que descansaban sacando todo aquello.
Una de mis preferidas era “la golloría” famosa maqui Aliana, que durante años tuvo en jaque a la guardia civil. Su pareja fue otro de los más reputados maquis de aquella época: “chaqueta larga”. Las tardes escuchándola admirada, eran toda una delicia!.
La prometí, que de algún modo, todo lo que me contaba, se conocería. Aún no he cumplido la promesa.
Ahora, me parece todo eso muy distante, pero no, tengo sólo 43 años, no ha pasado tanto. Si olvidamos, estamos condenados a repetirlo, no es eso?

!Bien por Dulce Chacón!

Un abrazo.

Pilar M Clares dijo...

Celeste, precisamente en "La voz dormida" hay un personaje llamado Chaqueta Negra, que es Paulino, un militar hijo de militar republicano, que flirtea con Pepita y de quien solicita ayuda para curar a Felipe, marido de Hortensia,(con la que se abre el libro) que está en la cárcel, embarazada, y a su vez hermana de la tal Pepita (pepita pasa a llamarse así y no Pepa cuando descubre que llaman "llegar la Pepa" a cuando sacan a reclusas para ser ejecutas). Todo este culebrón documental de excepción está en la novela, que te recomiendo, porque siendo Dulce Chacón de Zafra, Badajoz para quien no lo sepa, tiene mucho que ver con la represión brutal que se dio en aquella zona, muy especialmente por parte de la guardia civil. (Por cierto, me encanta Extremadura, voy casi todos los veranos al menos a darme un borneo, tengo muy buenos amigos allí -las puestas de sol del oeste son inolvidables-)

En la mayoría de las casas se silenció el dolor, una forma de reconciliación, pero también otra de que los vencedores se hayan seguido sintiendo como tales, Encarna, y por supuesto, Andrés que hay historiadores excelentes por los que se debería apostar -el trabajo de Ian Gibson sobre la guerra civil y especialmente sobre García Lorca es inmejorable, el primero que se atrevió a dar pelos y señales y un corte de manga a la G. Civil y a los mandarines granadinos.Una referencia muy necesaria.
Sí, Mari, es verdad, la sociedad española también está impactada por el mero hecho de abrir el debate, es que han sido muchos años de machaque de derechas y ahora, claro, cuando esos otros sienten que tienen voz, resulta muy agresiva. Yo creo que es necesario que se escuche. Mitigará muchos dolores, y sobre todo repondrá dignidad. A los que más les duele es a quienes no perdieron nada, creo. No sé.

Mil besos a todos.

Anónimo dijo...

Por tres votos a dos decidió ayer el Tribunal Supremo no autorizar la revisión de la condena a muerte de los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado (ejecutados a garrote vil en el 63). En el 96, una vez que la no podían ser juzgados, Antonio Martín y Sergio Hernández se declaraban culpables. La Sala considera que no pueden hacer caso de declaraciones personales después de tanto tiempo que, además no presentan riesgo jurídico para quienes los hacen.

Si es verdad que fueron ellos ¿deberían haberlo dicho antes de que ejecutaran a sus compañeros, juzgados por consejo de guerra prácticamente sin pruebas?

¿Ha desconsiderado a la ligera el Tribunal Supremo el asunto por las consecuencias sociales y políticas que podría tener o las demandas que podría suscitar?

Unknown dijo...

Dos buenas preguntas

Pilar M Clares dijo...

Hola, Lucía, yo a la uno digo que el amor no se da en los tiempos de cólera y que desde la injusticia no hay justicia. Los juzgaron por poner dos bombas que no tuvieron muertos y aleccionaron con ellos. Eso hoy es impensable, me refiero a lo de juzgarlos tan duramente, que lo de aleccionar lo tenemos bien aprendido en el mundo entero. En realidad los que se declaran culpables en el 98, si es verdad, tampoco debían morir. LO dicho , no hAY amor en los tiempos de cólera, aunque sea un buen título (y una excelente novela)

Anónimo dijo...

Efectivamente! en tiempos de cólera sólo cabe eso: cólera. Bilis expulsada sobre los demás, llenas de materia putrefacta que a todos infecta y llena de lo mismo.
Dulce, ha escrito novelando los personajes, pero su obra es importantísima. Como otras. Para que la historia se nivele y tenga dos caras. Aunque no me basta esto. Quiero LA JUSTICIA.
No sé si es conveniente meternos en querellas por los muertos pasados. Pero sí poner en orden, con pelos y señales, la memoria.
Soy la consecuencia de una España de hace dos días, donde todo eso sucedió. Y tengo derecho, quiero dar ese derecho a mis hijos, a que la historia se quede en los libros COMPLETA. Si no se revisan sus páginas y se las pone en orden, si no se hace justicia con la memoria, correríamos el riesgo de que por ejemplo, a Lorca sólo se le reconociera como aquél homosexual cobarde que lloró cuando iban a fusilarle.
Un abrazo para el compromiso con la verdad, esa que tanto pisoteamos, en nombre de tantas cosas...
Celeste.
(Guerra a los betas jajajajaja)

Mayte dijo...

Aprendo y disfruto , es una placer leer cosas objetivas y bien informadas!!

Un abrazo y buen fin de semana!

Pilar M Clares dijo...

Un gusto verte, Azul, gracias.

Celeste, parece que se va normalizando la cosa, la guerrilla se ha oído (...!)

Se está insistiendo en que se pide la apertura de heridas, pero no estoy de acuerdo, creo que solo se pide la curación de algunas, y si abren otras que han estado satisfechas y mimadas durante tantos años, es ganas después de tanto de darse por aludido ¿no?

Creo que la gente que no sabe dónde están sus abuelos, padres, etc, tiene derecho a cubrir ese hueco en su vida si lo consideran importante. No creo que hoy ya deba dársele tanta transcendencia política. Pero es que aquí, como con el cerdo, se aprovecha todo. En fin.
Besicos

Unknown dijo...

Yo también creo que no hay amor en los tiempos de cólera, y creo que también García Márquez que tituló la novela "El amor en los tiempos del cólera" en la que hablaba del amor y la muerte, del último amor cuando planea una epidemia terminal.
Aunque a lo mejor, es lo mismo.
Besos
Lucía

Pilar M Clares dijo...

Permíteme, Lucái, que entre al margen del comentario, esta novela imrpesionate tiene de ventaja que está contada desde el punto de vista de la ingenuidad de la verdad que sucedió a la guerra civil, cómo no se daban cuenta que la guerra efectivamente estaba ganada, cómo la resistencia permaneció ajena a lo que ya estaba impuesto. Hablamos del año 41. No es broma. Os la aconsejo, te la aconsejo, Lucía, es una gran novela. Hablaremos del tema.
Un besazo.