sábado, diciembre 02, 2006

IDEM EADEM. Sobre la identidad



Al nacer están en nosotros apenas unas marcas de identidad. Amin Maalouf, en “Identidades asesinas”, recuerda que ni siquiera cuestiones como el color de la piel o el sexo que con seguridad marcarán nuestra identidad, lo hacen entonces, porque no es lo mismo nacer negro en Camerún que en Italia, ni mujer en Etiopía que en Inglaterra. No se nace con la identidad, sino que se va adquiriendo. De hecho ciertos ritos ligados a la identidad no están permitidos hasta una cierta edad.

La construcción de nuestra identidad no será igual si se vive en un ambiente agnóstico y se evitan los ritos relacionados que si se hace en otro fuertemente ideologizado donde se celebran de forma radical. En la infancia se nos modela, se nos inculca ideología, lengua, temores propios de la cultura en la que hemos nacido, devociones, sentido del ridículo, amor propio, jerarquías, costumbres… Se apilan los constituyentes que forman lo que nos hará sentirnos involucrados como idem-eadem o el mismo- la misma con todo lo que es semejante en la estructura simbólica que es la memoria social. En ella precisamente hallaremos las ideologías constitutivas de la identidad de las comunidades, de nuestra cultura. Al cabo de un tiempo, entenderemos que hemos sido educados y tenemos conocimiento.

Nuestras señas de identidad, por lo tanto, pertenecen al ámbito de lo político, a la polis, que propone un plan selectivo de acontecimientos importantes; de entre éstos destacan los relacionados con la lengua, la religión, la raza y el sexo. Cuando alguna de estas pertenencias se siente amenazada por lo que no es semejante, nace la angustia de la pérdida, el miedo y la respuesta. El instinto de protección convertirá a los más mansos en acérrimos defensores de causas que incluso pueden no estar relacionadas con la que se ha sentido perdida; esto justificará el enarbolamiento de banderas a favor de los ritos más arcaicos.

Si preguntamos a un ciudadano de hoy en qué le afecta directamente la emigración en su vida, probablemente no acierte a dar con una idea razonada, divagará sobre molestias de escalera como si nunca las hubiera tenido antes, aducirá sin fundamentos basados en su experiencia que se nos quiere imponer otras costumbres como si fuese una condena, que cambiarán las tradiciones, como si fuese la primera vez. Es la identidad amenazada que saca las uñas del amor propio, las armas de su esencia, y se bate de forma irracional creyendo que así actúa como un ser independiente, no de “los demás” sino de “los otros”.

Nuestra real identidad es la transformación del yo al semejante social a través del conocimiento del entorno. Aceptar la identidad hace más soportable las tareas que los individuos debemos cumplir, nos conserva en el grupo y limita el peligro de los disidentes. Es una transación rentable.
La identidad es el ropaje a medida que nos aleja del otro idem-eadem pronominal perdido de vista con frecuencia, cuando es él mismo-ella misma.

Las tecnologías también alteran nuestra manera de ver y constuirnos. Nadie que conozca a Van Gohg puede dejar de asociar un girasol al de sus célebres cuadros, porque la pintura o la fotografía se apropiaron en algún momento de lugares universales de naturaleza. Continuamente se producen imágenes que suplantan al acontecimiento. También los ordenadores nos empujan a hacer las cosas de maneras diferentes. Podemos simular la identidad ya hecha u olvidamos por completo de ella como en una página en blanco. Y hay quien lo califica de huida, en vez de considerarlo encuentro.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

el asunto de las identidades estodo un rollo. Mi tesis de arqueología iba por el tema este (fue rechazada of course) pero partía de una eminente reconciliación de la filosofía y la lógica y todo a partir de una simple ley, la segunda ley de la termodinámica:

Los sistemas evolucionan a través del timepo de estados de menos probabilidad a estados d mayor probabilidad.

Pilar M Clares dijo...

Parece de lógica lo que dices, nunca mejor dicho. Pasa de la universidad, haz el trabajo. El tema es muy interesante.

Los seres somos sistemas, y en este caso la paradoja es que tenemos mayor o menos probabilidad según las categorías que nos dan al nacer y que adquirimos en nuestro desarrollo. Tú sabes de esto más que yo para darle un contenido a "probabilidad". Pero para mí la única probabilidad posible es la vida, y que sea la mía, o la tuya o la de aquél de al lado.
De Maturana, como la cita que abre mi blog, es esta idea: "Al ser vivo lo caracteriza su organización autopoiética y su único producto es él mismo"
Soltémonos para ir haciéndonos.

Te diría, Mari, que me parece imprescindible volver a la filosofía, pero no me quiero extender mucho más.

Mil besos.

Anónimo dijo...

¿Humberto Maturana?
Genial, lo adoro, lo conocí y leí todos sus libros.

Pilar M Clares dijo...

¡Sí, Mari! Yo he leído hace poco "El árbol del conocimiento" y me ha intersado muchísimo, ¿cómo no lo había leído antes? de verdad. Me ha traído "un mundo a la mano". Me alegra coincidir.
Besazos

(y te recuerdo a propósito de este post este post y el tuyo, lo que dice: "
Nuestra experiencia está amarrada a nuestra estructura. La reflexión es un proceso de conocer cómo conocemos, de volvernos hacia nosotros mismos, la única oportunidad de conocer nuestras cegueras y de descubrir las certezas nuestras y de los demás. En nuestra cultura tendemos a eludir esta reflexión porque nos basamos en la acción.")

Y tantas cosas más, que seguiría hablando, pero es que...

Anónimo dijo...

El placer de la palabra...del razonar por la palabra.

Sí, es totalmente necesario volver a la filosofía.

Un abrazo grande.

(Me encantan tus fotos)

3'14 dijo...

Nos aferramos a identidades concretas para resaltar una diferencia, cuando en realidad todos venimos a ser lo mismo. Nacemos, comemos, respiramos, (aquí sería algo escatológica..), sentimos.. y morimos.
Y esas diferencias, en lugar de sumar y enriquecernos tenemos la malsana costumbre de crear abismos que nos separan los unos de los otros.

andrés dijo...

lo que no hay que leer es poesía, que te puedes encontrar un Panero suelto que te suelte que "los colegios son instituciones penitenciarias para que los niños aprendan a ser adultos"

muchos besos Pilar

Mayte dijo...

Sin duda hay momentos en que reflexionar sobre identidades, emociones y sensaciones vale la pena!!

Muy interesante, señorita mucho!!

Bikos.

Anónimo dijo...

Yo sé porqué a muchos ciudadanos les preocupa la inmigración... porque no tienen memoria y se dejan influir por periodistas manipuladores y políticos clasistas y oportunistas.
Pero claro, es muy difícil formarse una identidad plena en este mundo esquizofrénico y absurdo.
Y hablando de Identidad, quizás no estemos tan lejos de la película del mismo nombre, protagonizada por John Cusack. Es curioso, tengo un poster de esa peli colgado en la pared...
Salud!

Anónimo dijo...

La identidad nos salva del anonimato, y nos enseña a diferenciarnos, y huir de las uniformidades y convencionalidades.

Un beso grande... y gracias por las palabras...

Bellos post, delicioso blog.

Pasate por casa cuando quieras... ¡hay mate!

A.-

Unknown dijo...

La identidad la construimos como una de nuestras fibras sensibles, tan sensible que muchas veces queda presa de la manipulación. Fatou Diome dice que la identidad es la dopamina de los exilados. A mí me resulta curioso que se convierta en un tema tna fundamental y con un concepto tan amarado al pasado: en la mayoría de los casos se defiende más en función del lugar de origen que de las experiencias vividas. Sin embargo, yo creo que tengo mucho más en común con todos los que hacemos comentarios en este blog que con mi abuelo o con alguien que nació en mi barrio.
Por cierto, es curioso: todo esto... ahora que la informática nos permite falsear identidades. Podemos chatear como si tuvieramos otro sexo u otra personalidad, podemos vivir una vida paralela en muchos juegos virtuales.
Todo un tema, la identidad.
Enhorabuena. Muchos besos
Lucía

Pilar M Clares dijo...

Pues fíjate, Celeste, en este país se la están cargando en la enseñanza. En este país somos un poco absurdos porque nos empeñamos en contraponer en vez de agregar: ante la tecnología y la economía, pues meeeeeenos filosofía. Y así.

Andrés, que me da un algo, amigo, no me dejes sin poesía, que es la esencia; a Panero ya lo tenemos bien recogido con moscas comiendo en su mano y cabezas sangrantes de Charles... poberino, ¡cosas se le ocurren!

Sí, creo que sí, Juan, la prensa tiene algo-mucho que ver, pero la prensa es una empresa, no lo olvides, y ¡un poder! -el cuarto si no ha subido últimamente en el ranking...me temo...

Saludos a Azul, a Andy y Lucía. Lucía, ese tema me gusta , la identidad en la red. Para mí es como un viaje en el que estoy dispuesta a prescindir de ciertos asuntos y a adquirir otros. "Eso" sigo siendo yo, incluso más yo. LO pensaré.

BESAZOS!!!

Julia Ardón dijo...

Excelente, qué verdad tan bien dicha! Pilar...qué bueno!

Anónimo dijo...

hoy me rfebelo: voy a pensar que la identidad vino conmigo desde que sali de adentro, humedo y lleno, y que todos los putos errores que cometi fueron por mi puta culpa.....!!!!!!!!!!

Pilar M Clares dijo...

Gracias Julia, eres un cielo.
Hola Almendra, precioso nombre, ¿qué era eso de los errores?
Besos

Anónimo dijo...

Desapareció hace más de dos años. Cumplió los 43 y dejó a sus hijos de 7 y 14 años y a su familia. Le perdieron la pista. Sencillamente Mari Carmen Arocas se fue de L'Alcúdia (Valencia). Y volvió a aparecer el pasado viernes en Noruega identificándose como la princesa Anastasia.
La policía de ese país solicitó entonces ayuda a las autoridades españolas para descubrir la verdadera identidad de la mujer, encerrada en una prisión de Oslo por infringir las leyes de extranjería y subirse a un tren sin dinero para el billete (...)
...perfecta desconocida en Noruega es una persona muy familiar en L'Alcúdia, donde, al ver sus fotos en televisión la reconocieron enseguida, pese a que había cambiado el color moreno de su pelo por el rubio (...)esta princesa Anastasia de hoy fue antes Mari Carmen Arocas, funcionaria de un Instituto de Valencia y responsable de un negocio con su marido en L'Alcúdia (...)

http://www.elpais.com/articulo/espana/princesa/Anastasia/llama/Mari/Carmen/L/Alcudia/elpepuesp/20061210elpepinac_12/Tes

Anónimo dijo...

No sé qué decirte. Yo últimamente recuerdo mucho a una niña que tenía una identidad muy semejante a la mía de ahora. Y esa era yo.