
Tampoco deberíamos andar descuidados si ponemos los ojos en este otro mundo, el cercano. Me llamó la atención de entre las actividades que tengo a mano, el ciclo de conferencias "Crítica, discrepancia y violencia de estados" de Judith Butler, (Ceneac-Murcia, 26, 27 y 28 de mayo) porque esta profesora de literatura comparada y teórica del feminismo mantiene en sus aconsejables libros, que los roles de género son constructos sociales y no roles naturales. "El género no existe, existe el cuerpo", y pienso en gays y lesbianas, transexuales, bi o cuantas posibilidades puedan caber en ese lugar intencionadamente metafórico llamado sexo, en todas y todos cuantos sufren el infierno que sí existe en vida por cuestiones de género masculino o femenino, con pecado y singular. Y de golpe, sin esperármelo y en otro lugar, me encuentro que es el mismo Consejero de Cultura, Juventud y Deportes, creo que es de esta manera como se llama últimamente, el que inaugura con inspiradas palabras otro ciclo, ahora de cine, la IV Muestra de LGTB organizado por la Filmoteca y el colectivo No Te Prives, y que esas palabras son una cita de la pensadora Butler.
"Todas las propiedades positivas se externalizan en el sentido de que todo lo que eres, en un sentido positivo, todas tus características, pueden ser manipuladas", me viene a mi cefalópodo cerebro calamar en ese circunflejo momento recordando a Zizek que recuerda a Descartes ¿Y si nada existe? acabo pensando.
Se apaga la luz y comienza el ciclo con XXY, película de la argentina Lucía Puenzo. Una niña adolescente hermafordita -interpretación magnífica de Inés Efrón- se debate entre el riesgo de ser distinta o tomar la decisión de tener que optar por un género. A la salida, una señora comenta: "pues vaya problema le dejaron a la niña, eso se opera al nacer". Y ya eso sí que me lo creo más; también los dos post anteriores a éste. Ego cogito: Sigo creyendo que un Consejero es un político y que en su boca aparezcan a bocajarro los términos subversión, violencia de estado y derecho a ser cuerpo resulta hasta osceno, porque yo de pequeña quería ser subversiva y de mayor libre con mi cuerpo, pero es precisamente la violencia de estado, que por si no se recuerda tiene un contenido, el más pesado palé de arena contra la libertad individual y el constructo identitario. Señores políticos, de la violencia de estado les recuerdo que son ustedes los máximos responsables. Tristemente reconozco que no, que nada sustancial ha cambiado como para justificar que esas ideas se acomoden a las bocas de quienes sí pueden y deben hacer algo o , al menos, debieran obligarse a no convertirlas en un breve espacio de tiempo, como tantas, en lánguido ramillete fúnebre, bocabajo y seco. ¿Subversión? llamémosle a partir de ahora mirar la realidad, llamémosle compromiso, y por si como es de temer comenzamos a oírlas en los discursos que nunca antes estuvieron, recordemos su significado:
Violencia de estado: Utilización de la fuerza en cualquier operación o proceder perpetuado por cualquier miembro del estado con el respaldo de las instituciones gubernamentales o por cualquier grupo mayoritario o hegemónico avalado por las instancias civiles o gubernamentales, en contra de un individuo o grupo minoritario.
Subversión: Revuelta, destrucción principalmente en el sentido moral.
Cuerpo: lo que a usted le plazca.