miércoles, enero 17, 2007

LA SALDEDAD DEL SER

Cada fecha del año genera en los medios de comunicación un tipo de reportajes tópico que, repitiendo sistemáticamente un esquema, se echaría de menos si desapareciese. Por poner algún ejemplo, en verano el calor, en otoño las gotas frías, en primavera las semanas santas, y a comienzos de año las rebajas y la cuesta de enero. Curiosamente, los dos últimos temas en el mismo mes.

Por una parte, los comerciantes, penúltimo eslabón del sistema productivo de consumo -el último, los consumidores- liquidan los productos que se supone han quedado pendientes de venta; sabemos por las asociaciones de consumidores y nuestra propia experiencia de la falsedad de esta idea, en realidad hay una producción especial "marca" rebajado. Pero con el fin de darle credibilidad y continuidad al empeño perverso se utiliza una parte pequeña de los de la temporada como cebo con la que se cumple un doble objetivo, seguir vendiendo y crear la sensación de que hay que ir al trote el primer día y a primera hora a los comercios, porque es entonces cuando se encuentran las gangas. Efectivamente, quizás es entonces cuando encontremos el cebo fresquito y escaso.


Las imágenes de las colas a las puertas de los comercios esperando a que se abran son todo un tópico teatral que suena a hueco, pero la verdad es que si un año no las viéramos lo mismo creeríamos que el mundo está en guerras, que hay pobreza, que se produce a costa de las vidas esclavizadas, que se mueven miles de billones con el tráfico de personas y armas, que los abusos sobre la humanidad van a más y todo lo que sabemos que pasa en la realidad. Sin embargo si cada año vemos a los conejillos corriendo hacia los montones, estamos más tranquilos.

En segundo lugar, el asunto de la cuesta, con ese balsámico nombre.

Las fiestas de diciembre avanzan en devoción llenando las calles de belenes, cabalgatas de reyes magos, bombillas y abalorios, ofertas de viajes, actos religiosos sobre felicidad del más acá y garantías del más allá, y con la misma intensidad se paga y consume. Tras este éxtasis de gastos y alegres encuentros, las economías familiares quedan podridamente debilitadas.

Recordemos que la navidad ahora comienza a principios de diciembre -hubo comercios que se dieron cuenta hace años...ya es navidad en... y nos reíamos de ellos-. Y comienza con cenas, comidas y amigos invisibles ya que los visibles nunca te lo harían. Luego se llega a la nochebuena y por fin se pasa, no sin advertencia de que a los siete días llega nochevieja, que dejará otros deberes de apoyo, los reyes. Y todo en clave de dinero. Bien, pues si hemos conseguido sobrevivir tirando de los plásticos con banda magnética, de vacíos de pensamiento aprovechando tanta copa o con placebos anestesiantes, a continuación llegan las rebajas, es decir, una nueva oportunidad de seguir pensando que la vida es injusta porque no somos nadie y ganamos poquísimo mientras los demás se hinchan.

En un programa de esos que no nos pueden faltar he oído a una mujer de edad media decir: "yo a las rebajas voy e iré siempre, aunque tenga que pedir un crédito". No sé si la emoción de las cámaras la habrá demenciado, pero esas declaraciones junto a las colas de consumidores recortables e intercambiables para cualquier programa me han recordado las películas de cacerías de Berlanga, en las que hasta las escopetas parecen de tapones de corcho y ni al mismo director le importa. Lo suyo era oficio, lo nuestro poner al ser en saldo.

18 comentarios:

Mayte dijo...

Trampas de la mente....o publicidad subliminal muy bien elaborada ...somos consumidores modernos...

Mil bikos!

Anónimo dijo...

gran frase la de esa señora. Voluntad de poder que diría Federico. Compramos luego existimos. No hay sitio para Diógenes, las necesidades se crean (se invierte mucho capital intelectual en ello) tal y como me comentaba un amigo diseñador: "yo le he vendido flotadores a los patos".

besicos así, como gratis y sin rebajar

Rafael dijo...

¿Sabes? Muchas veces he pensado que un requisito imprescindible de hoy en día es que el dinero se mueva. Nunca tenemos dinero. La nómina se ingresa directamente en el banco, el poco efectivo que tenemos se diluye rápidamente en compras... el dinero se mueve sin cesar! Lo vemos pasar, pero no lo tenemos. Si cada uno de nosotros reclamara lo que es suyo, todo se hundiría como en el 29. En qué bella mentira vivimos, ¿no? Otros lugares, sin embargo, viven a diario una espantosa realidad.

Pilar M Clares dijo...

Pues precisamente esa es una de las máximas del capitalismo este decadente y agresivo, más incluso por ello, que vivimos, Rafael. Producir y consumir a este ritmo exige que en realidad el dinero no exista sino como deuda que vuelve a exigir producción.
"Mardito roedore", Andrés , esos que venden emociones a los humanos, como lo de los patos, con lo fantástico que es el diseño fuera de la utilidad ( menuda barbaridad digo; castigo: comprarme un flota de pato)
Pues sí, Azul , creo que algo de publicidad subliminal hay en estos reportajes, tienes razón, mucha razón. Gracias.

Besicos a todos

(He aprendido a poner en negrita, que no sabía, y es:

la palabra en cuestión

(soy una consumista hackeriana, madre mía!!!!

Pilar M Clares dijo...

Anda que vaya día llevo, como he puesto los signos y la palabra en cuestión, pues se ha puesto en negrita directamente y no se ve lo que hay que hacer...uy qué roll- y qué día llevo de perogrulla superior; bueno, lo explico con palabras:
primero se abre el corchete < donde se encierra la letra b, o sea,q ues evuelve a cerrar. Luego se pone la palabra en cuestión, y a continuación se vuelve abrir y se le añade la barra - la del siete- se le agrega una b y se cierra el corchete.

egto egggsss como lodegg pollooggg...pero encima con academicismo jajajajaj

Anónimo dijo...

El ser a caldo, se me ocurre.
Besos

Anónimo dijo...

ayayayya
qué tema me tare señora, he admitido públicamente y sin verguenza que soy adicta al shopping. Un datito para los que vayan a manhattan, frente a la zona 0 (ex torres gemelas) se encuentra el secreto mejor guardado de NY, CENTURY 21, enjoyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

Anónimo dijo...

Es cómo el circo, los toros, el fútbol...demos al pueblo algo con lo que se sienta feliz. Hagámonos los dueños de la felicidad ajena, convenzamoslos de que si no es con esto que les damos serán unos pobre infelices de m. sin que jamás tengan ni siquiera un orgasmo.
Y nosotros, pobres infelices, nos lanzamos ávidos de algo que nos llene la infelicidad... y que nos dé un minuto (mejor aún si es pagado a precio de ganga) de placer.

Lo demás son palabras que usan los políticos y sus dueños, las multinacioles, para que pensemos que están haciendo algo por nosotros y que les importa cómo nos va la vida.

Hoy me siento así, lo siento...!

Un abrazo grande(sigue al mismo precio que ayer: gratis! aunque nunca hable de ellos la tv)

Mari: lo tuyo por supuesto, es una excepción jajajajaja

Anónimo dijo...

nota técnica aclaratoria: y si en vez de b (de bold) pones i (de italic) te quedan las palabras en cursiva supersensual

Pilar M Clares dijo...

Y si se puede a salvo, Pedro, o mejor a sueldo pero sin dar calvo. A ver si nos vemos y nos saldeamos el cuerpo ahora que estamos baratos.

Señorita de rojo sobre fondo conejillos, allí usted será la reina, y como hemos aprendido, una palabra suya bastará para convencernos. Valiente fin de enero le deseo.Y le mando un abrazo.

Celeste,mañana mejor día, el mío de ayer fue de antología. A las diez de la noche tuve que hacer ciento veinte km. para recuperar las llaves de mi casa ahhhhhhh, fue un placeeeeeeeerr, y menos mal que no estaban en fondo del mar, al menos. Hoy mejor, espero que tú también, guapedad.

Andrés, si necesitas felpudo apúntame al casting, eres la joya pero con jota Besicos y gratitud, empollón.

Anónimo dijo...

Pilar, sólo una preguntita: ¿por qué guardas las llaves tan lejos??
es pura curiosidad! jajajjajaja

Pilar M Clares dijo...

Recompongo la justificación imposible, porque soy una imposible, amiga Celeste, sin ánimo de insultarme (...en vez de tenerla en casa de la vecina... ay)

3'14 dijo...

Yo las rebajas ni pisarlas. Acabo comprando lo que no necesito y gastando lo que no debo. Eso para cuando he podido olerlas de cerca... hace años ya que vivo tan tranquila sin alborotarme por ellas, sólo sigo sufriendo la temible cuesta de enero y la de febrero, marzo, abril...

Al del flotador y el pato... Andrés, pídele una idea de cómo convencer a toda la gente con la que me relaciono y tengo "detalles obligados" por Navidad, para pasar a celebrar esas fechas un mes después y salir ganando todos con las gangas de las rebajas :S

Anónimo dijo...

Las rebajas no son más que un acicate del gran capital para que el proletariado siga comprando compulsivamente a pesar del dispendio que se realiza durante todo el año. Somos así de tontos, pero qué le vamos a hacer, así de mal está montado el sistema.
Sobre la alusión de andrés a un tal Federico, no me queda claro si se refiere a Nietzsche o a Jiménez-Losantos... En cualquier caso, entenderé que se refiere al filósofo sajón y su willmacht.

Salud y buenas compras

Anónimo dijo...

por dios santo harry, un poco de continencia verbal que este blog lo leen gente de todas las edades, vaya nombrecitos que nombras. Willmacht y con mostacho, claro.

Pilar M Clares dijo...

Enigma al descubierto! (y lo más, ¡ sin polígrafo!) Gracias a los dos.

3,14, nosotras hemos pasado la famosa cuarta dimensión. Cerca de mi casa ponen un mercadillo los jueves de "nenas, aprovecharos, que no están vuestros maridos" en el que vale lo mismo una lechuga que un pantalón (pasado mañana, ya sabes). Un beso muy fuerte.

Anónimo dijo...

¡Madre mía!, la frasecita de marras la escuché también en un telediario (creo), y es de poner los pelos como escarpias.
Después de escuchar según qué cosas, ¿cómo va a pensar una que el mundo tenga arreglo?

Besos orgiásticos.

Pilar M Clares dijo...

Ella, y estabas ahí, frente a la tele, ¡volviste!, me voy a tu orgíaaaaaa