SÍ TÚ LO DICES. Colaboración de LA PRIMERA MARCIANA

Venus y Marte de Botticelli

TU CARA ME SUENA

Por La primera marciana

Andábais hablando de masculinidad y me ha venido a la cabeza todo el mundo editorial que con mayor o menor profundidad ha abordado el tema como si de vida o muerte se tratara. Fui a wikipedia buscando un punto por el que empezar, y lo que he encontrado es esta tajante definición de "masculino": El sexo masculino es un término de biología que denota al sexo que produce espermatozoides o polen. He recuperado entonces de mis apuntes de prensa un curioso estudio publicado en News Scientis en el que se concluye que las mujeres detectamos a un futuro padre solo con mirarle los rasgos facia

les.

Así, con los de cara redonda, barbilla pequeña y ojos grandes en proporción al tamaño del rostro, tendemos a crear familia, mientras que con los de mandíbula cuadrada, ojos pequeños y rasgos huesudos, más bien lo que se busca es una relación pasajera y de intensa pasión. En este último grupo de hombres elegidos para el experimento se apreció, curiosamente, mayores índices de testosterona.

Sabemos que el símbolo comúnmente utilizado para lo masculino es un círculo con flecha orientada hacia el noroeste (♂) y que es una versión estilizada del escudo y el yelmo con el que se representaba a Marte en la mitología romana, donde quedó el sexo masculino definitivamente unido a la guerra, y no al amor ni a los hijos, por más que fueran parte activa en la misma reproducción a la que se nos ha llamado desde todas las mundologías a las mujeres.

El hombre, por otra parte, también se ha asociado desde las culturas más arcaicas a las actividades de supervivencia como la caza, la agricultura, la vida social –no digamos los bares-, etc. mientras que a la mujer a la familia y lo doméstico. Sí es verdad que en múltiples estudios más recientes y desde una perspectiva de género se van tirando estos tópicos mediante la observación de la iconografía primitiva desde otra perspectiva, desde el modelo de sociedad finalmente revisora de los prejuicios de los que ha partido la arqueología, la sociología o la historia tradicionalmente (G. Gordones y L. Meneses sobre iconografía prehispánica en Venezuela, por ejemplo)

Volviendo al hombre cararedonda, por seguir con la metafórica terminología del estudio, convendremos que no es fácil asociarlo al guerrero marciano, pues precisamente el que no lo sea es lo que hace que sea elegido como padre de nuestros hijos y, probablemente, pareja de nuestra vida o de una parte de ella. Si a ello sumamos que tanto si son carasredondas o mandíbulascuadradas ambos "cazan" para la supervivencia en la misma empresa, podríamos decir "coto", que sus compañeras mujeres, quedan quizás justificados los ríos de tinta sobre qué es la masculinidad, los niveles de testosterona y qué lugar ocupa en este ágape el escuadrón de mandíbulacuadradas, destacadamente masculinos, de yelmo y escudo sabiendo que su signo más que a Marte, representa al donuts dulce que será consumido para algunas ocasiones y sin cuchillo y tenedor.

Aquello de la sociedad patriarcal que asocia lo masculino a lo racionalizador y lo femenino a lo sentimental se sigue oyendo en discursos muy actuales aceptando finalmente el pastel de que todos tenemos componentes de ambos géneros. Y es así, seguro, lo que no lo es es esa asociación de fortaleza argumentativa a lo masculino y de debilidad sentimental a lo femenino.

Hoy las mujeres tenemos hijos con quienes deseamos, los criamos y protegemos y simultáneamente“cazamos”, elegimos a los donuts según nos apetece, y nos situamos en igualdad con quienes se nos disponen libremente a la risa, al amor, a la charla, y en general a compartir este tiempo que llamamos vida.

• La primera maciana es también la primera colaboradora de este blog en la sección SI TÚ LO DICES. No tiene interés en que aparezcan sus datos, sin embargo está abierta a cuantos comentarios suscite su escrito, que es, como sabemos, una colaboración libre, personal y- apunta ella- "sin ánimo de lucro por más que aprecie los donuts".